martes, 2 de julio de 2013

7-Un suave encanto

Caminaba con el ceño fruncido y una cara expresión de molestia. Juraría que si pasaba un minuto más escuchando a ese estúpido, lo quemaría vivo. Detrás de ella podía escuchar los piropos baratos que le decía sin parar, ya la tenía harta.

-(Nota mental: Quemarle el culo a Tails, por ponerla en el mismo equipo que él)-prensaba cerrando sus ojos con fastidio.

-¡Juro que el primer día en que te vi, me puse duro ahí nomas!-soltó descaradamente haciéndola sonrojar. Con molestia se giro hacia él con la mano encendida. Se había pasado de la raya-¡Yo no haría eso si fuera tu, nena!-hablo galán sonriendo de lo más contento, Blaze alzo una ceja sin entender-Podemos estar cerca de las bases y una leve chispa, podría delatarnos-soltó con pose sabionda moviendo su dedo índice de un lado a otro. Ella apago rápidamente su mano para fruncir el ceño y darse vuelta con una notoria vena en la frente.


-¡Estúpido!¡No entiendo porque Tails me puso a buscar las bases contigo!


-Dices eso pero por dentro me deseas…-soltó mordiéndose su labio inferior, mientras colocaba una pose sexy. Tuvo que tirarse de trompa al piso para que no lo quemara una gran esfera de fuego que le había tirado la felina. Se levanto par sacudir sus prendas sonriendo burlón-Tienes el mismo carácter cabrón que Amy…-susurro por lo bajo.


Sabia como tratar con chicas así, si algo no tenían era paciencia. Por lo que él siendo un chico inteligente, guardo silencio. Valoraba mucho su vida y su trasero como para arriesgare de ese modo.


Luego de unos minutos por fin, pudieron ver como un robot pasaba por allí. Tal como les había dicho Tails, allí camuflado entre rocas, se encontraba la entrada hacia la guarida. Se quedaron en silencio detrás de esos arbustos, hasta que ese robot entro. Con rapidez se acercaron hacia la entrada, procurándose que las cámaras de seguridad no lo captaran. Un error de esos podía llegarles a costarles la vida, si se encontraban allí solos.


Blaze iba a entrar directamente cuando la firma mano del erizo la detuvo en seco. Con molestia se giro hacia él frunciendo el ceño con enojo. Este le hizo una leve señal con su dedo, para que hiciera silencio y la siguiera. Se ocultaron detrás de unas rocas cercanas, mirando hacia el frente. La felina ensancho los ojos sorprendida, al ver como la puerta se abría y de allí salía un par de robots cargando unos metales en sus manos. Si ese tonto, no la hubiese sacado a allí a esta hora estaría siendo atacada por esos robots. Se giro para encontrarse con el fresco césped.


Lo busco con la mirada pero se encontró sola.


-¿Dónde demonios se metió?-se pregunto molesta buscando hacia los lados. Al girarse y ver unos contenedores de basura casi se cae de espaldas.


-¡Blaze, mira lo que encontré!-lo vio salir cubierto de desechos, con una cosa entre sus manos. Alzo una ceja sin entender.


-¿Qué es eso?


-Es…es…es…-balbuceo ladeándolo de un lado a otro-¡No tengo idea!-exclamo sonriendo inocentemente- 


Pero por la forma creo que es algo de algún aparato o alguna de esas cosas. La verdad, es que al principio estaba buscando comida ya que me empezaron a sonar las tripas- Una gota de sudor apareció en la frente de la felina ante lo cochino que era-Pero luego encontré esto-dijo mostrándoselo. Lo tomo entre sus manos, para analizarlo con determinación.


-Esto parece ser un dispositivo de almacenamiento-murmuro frunciendo el ceño- Debió tener una información valiosa, como para que lo dañen así-señalo los rasguños en la parte delantera- Si se lo damos a Tails, quizás pueda recuperar la información que tenia-termino elevando su mirada hacia él. Elevo una ceja al notar como la manera-¿Qué?


-¿Te han dicho lo linda que te vez cuando no estás molesta?-pregunto  con cierta inocencia, mientras tenía una cascara de banana en la cabeza. Ella simplemente ladeo su rostro hacia un lado intentando que no notara su sonrojo. Para su desgracia él lo hizo, y sonrió levemente- Y mucho más linda te ves sonrojada…-susurro sin moverse de su lugar.


-¡Tonto!-la escucho decir antes de que se girara y le dirá la espalda. Lo hizo sonreír, jamás había conocido a una chica como ella. Con la mayoría de las chicas con las que salía, solían ser unas cabezas huecas sin materia gris.


Pero, al parecer, sus rasgos principescos y varoniles solían gustarles. Por lo que no le bastaba más que dedicarles una mirada seductora, para que cayeran directos a sus pies. En su vida, solo había una sola mujer que fue capaz de resistirse a sus encantos, y esa era nada más ni nada menos, que Amy.  Y la simple razón, era que ella no lo veía de esa manera, sino como a su hermano mayor o e incluso un padre, aunque la edad no le daba, lo cual agradecía enormemente.  Sencillamente, porque él la veía de la misma forma. Tenía un cariño fraternal con la eriza, más que nada.


Con tranquilidad se saco esa cascara de banana que se enredaba entre sus púas. Para caminar detrás de la felina con despreocupación. Tenía que llegar a su casa, antes de que ese erizo llegara para buscar a Amy.
Ni loco lo dejaría echarles ojitos mientras él esté presente. Adamas, quería ver la cara de estúpido que ponía cuando la venia con vestido. Sonrió de lado al pensar una maldad para esa noche.
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Salió del baño envuelta en una toalla que cubría lo necesario. Se sentó enfrente de ese gran espejo que decoraba su habitación. Tomo un cepillo que se encontraba en el tocador para comenzar a desenredar sus húmedas púas.


Analizo con determinación sus ojos verdes y brillantes. Por un momento la imagen de su madre se poso sobre su reflejo, pero como una ilusión de su cerebro desapareció en un parpadear. Una clara muestra de tristeza rodeo su rostro al darse cuenta de que únicamente había sido eso…una simple ilusión…


Su mirada se afilo, al posarla nuevamente en el espejo y ver su imagen allí. Por años se había preparado para enfrentar, todo lo que le estaba pasando. Y aunque, era una asesina. No podía evitar sentir una pisca de miedo en su sangre, al saber que en cualquiera de estos días, se vería frente a frente con el asesino de sus padres.


Con rapidez se levanto para correr hacia su armario y sacar un par de vestidos. No era de usarlos mucho, pero siempre le había encantado tenerlos por alguna ocasión especial.


-Perfecto-se dijo para sí misma tomando el vestido entre sus manos.


Luego de colocárselo, se delineo levemente los ojos haciéndolos resaltar un poco más. Coloco un poco de sombras en sus parpados, para luego ponerse un poco de brillo labial en sus labios. Se miro nuevamente, en un último análisis, dando aprobadamente su apariencia. Escucho como la puerta de la entrada sonaba ante unos leves golpes. Miro el reloj en su muñeca para sonreír levemente. Era puntual.


Salió de su cuarto para dirigirse hacia la sala de estar. Allí se quedo parada en silencio para escuchar la conversación. Mejor dicho, los gritos que le daba el erizo plateado al erizo azul.


-¡Muy bien, erizo!¡La tienes que traer a las doce de la noche, mas de eso no!-grito autoritario con unos pantalones hasta la cintura y una camisa abrochada hasta el cuello. A todo estilo “Padre”-Llegas a traerla fuera de ese horario y te sacare el hígado-advirtió con unas gafas más grandes que su rostro-¡Nada de jueguitos de manos y cosas así!-grito nuevamente haciéndola sobresaltar-Llegas a tocarla te amputare las manos para usarlas de destapa inodoros-advirtió nuevamente calmado-Y sobre todo…¡¡Nada de besos!!-grito colérico apuntándolo con el dedo índice-Llegas a besarla y te quemare los labios con un cigarro-advirtió sentándose en un gran sillón que había allí cerca-¡Nada de sexo!¡De juegos perversos!¡O alguna cosa por el estilo!-enumero con sus dedos-Llegas a romper esas reglas, y de depito- advirtió con el ceño fruncido.


-No será ¿Destripo?-corrigio Sonic mirándolo nervioso. Al ver que negaba hacia los lados trago pesadamente.


-Te despito- repitió- Literalmente…
Instintivamente se cruzo de piernas con temor. Nadie se metía con su compadre.


-Silver y déjalo-hablo apareciendo por completo en la sala. Tanto Silver como Sonic posaron su mirada en ella, quedando boca abierta. Estaba hermosa sin duda alguna.


Su cuerpo estaba cubierto por un elegante vestido con escote de corazón, dejando al resplandor sus hombros perfectos. Sus púas estaban levemente onduladas en las puntas, haciéndole ver adorable.


Se sonrojo al ver la mirada del erizo azul en ella. Y no pudo evitar que un sonrojo apareciera en sus mejillas, que a pesar de que se asimilaba el rubor que tenía en las mejillas,  que a pesar de que rubor se veía en sus mejillas, se podía notar a la perfección en su piel clara.


-Estas hermosa…-lo escucho decir. Poso su mirada en él, se veía muy elegante con ese esmoquin color negro. No pudo evitar sonrojarse al notar, como su cuerpo firme y masculino se notaba a la perfección debajo de ese traje de gala.


-Puedo decir lo mismo de ti-soltó mirándolo de arriba abajo. Por un momento sus miradas se encontraron, olvidándose por completo del lugar y con quien se encontraban.


-¡¡Bueno muchas miradas!!-exclamo Silver, sin embargo los otros ni lo molaron por lo que hizo un puchero-
(Por primera vez en mi vida me sentí ignorado…¡Ship!¡Se siente horrible! T.T)- lloraba en silencio el erizo plateado, mirando con tristeza la escena. Pero de inmediato una aura alegre y feliz lo rodeo-(¡Pero, yo tengo el papel de él jodido que jode a los demás!¡Por lo que, mi deber es joder y molestar a los demás! *o*…¡Ay, me siento como todo un héroe!:3)-pensaba, poniendo una cara de drogado profesional.
Con cautela se coloco al lado del erizo, estampándolo de un zape contra el suelo. Adolorido y saliendo de su ensoñación se giro adolorido.


-¡Eso te pasa, por ser un jodido cabro que me quiere robar a mi niña!- se excuso con su mentón en alto-
¡Ahora Amy! Tapate muy bien, hace mucho frio afuera-ordeno como toda una mamá histérica. La eriza soltó un suspiro con fastidio para colocarse la campera que le entregaba-¡Muy bien, ahora par de mocosos quiero que vayan y se diviertan!-


-¡Tengo la misma edad tuya!-se quejo Sonic, levantándose adolorido.


-¿Me vale? No. Para mi sigues siendo un puto erizo, que me quiere sacar a la luz de mis ojos- contesto moviendo su cuerpo como un gusano mientras hacía brillar sus ojitos con alegría.


-Tengo veinte Silver. Ya es momento que me empieces a tratar como a una adulta ¿No crees?- soltó la eriza mirándolo molesta.


-Me importa poco que tú comiences a usar corpiños con aros. ¡Tú siempre serás mi dulce bebe!-exclamo meloso pegando su mejilla a la de ella. Con molestia ella lo despego, para dirigirse hacia la puerta con prisa.


-¡Vámonos!-le dijo al erizo tomándolo de la muñeca.
Escucharon como el erizo les gritaba escandalosamente a su espalda, haciendo sobresaltar a varios empleados que había en el pasillo.


-¡Te juro que si no cumples con las reglas que te dije, te cortare la “pichila”!-grito desahogadamente, cerrando la puerta de un portazo.
Una vez abajo, Sonic se giro hacia la eriza para preguntarle la duda que tenia.


-¿Qué es la “pichila”?-pregunto como un niño curioso. Amy lo miro con los ojos abiertos, para luego soltar una leve carcajada, haciéndolo fruncir el ceño-¿Qué es tan gracioso?-dijo con molestia.


-Veras la “pichila” es como Silver le dice a…-se acerco a su oído para susurrarle su significado. Lo vio tensarse con rapidez, mientras su rostro se ponía en blanco. Por instinto se llevo sus manos a su entrepierna. ¡Nadie, absolutamente, nadie!¡Se metía con su compadre de batalla!¡Nadie!
Estuvo tentado de ir y patearle la cara, a ese estúpido. Cuando poso su mirada en la de la eriza. Toda su ira se desvaneció al verla como le sonreía divertida. Tomo aire para luego posar su mano en su espalda.


-Ven súbete-comando abriéndole la puerta, para luego cerrársela y dirigirse hacia la puerta del conductor.  Al subir se encontró con su mirada intensa, se puso nervioso al instante-¿Qué?-pregunto alzando una ceja.


-Eres el único, que veo que tenga una inteligencia suficiente para no subir nuevamente a ese edificio-comento con una leve burla en cada silaba. La miro sin entender- Con los demás chicos con los que he salido, se han subido a enfrentarse con Silver por meterse con su entrepierna-comento posando su mirada al frente nuevamente- Claro que todos esos, fueron unos tontos al creer que Silver los dejaría con vida…


No supo si reír o temblar del horror. En otra ocasión, con una chica diferente se hubiese reído a carcajadas, ante lo irónico que sonaba aquello. Pero conociendo el oficio, tanto de ella como del erizo nombrado, le daba a dudar si era cierto o era solo un chiste. Se quedo en silencio el resto del viaje.


Cuando por fin vio la entrada a la fiesta, soltó un sonoro suspiro. Volteo su rostro hacia ella, para verla mirar tranquilamente hacia la dirección de la fiesta.


-¿Lista?-pregunto colocando su puño en alto. Ella miro por leves segundo su puño para luego dedicarle una sonrisa con seguridad.


-Lista-murmuro chocando su pequeña mano contra la de él.

Se bajaron del vehículo e inmediatamente los flashes de las cámaras los rodearon. Es que no era para menos, después de todo esa fiesta era la fiesta del año. Para su fortuna, los reporteros no lo molestaron mucho, lo cual les dio la posibilidad de dirigirse abiertamente hacia el centro de la fiesta. Los esmóquines y los vestidos elegantes rodeaban por doquier, mientras que el sonido de las risas hipócritas y mediocres se confundía entre la música lenta que rondaba todo el salón.


Tanto él como su acompañante fruncieron el ceño. A ninguno de los dos les agradaba, estar en un ambiente como ese.
Se acomodo su moño incomodo, hacía años que no iba a una fiesta así. La última vez recodaba que su padre lo había llevado a costa de su voluntad, arrastrándolo alrededor de treinta cuadras para que aceptara ir.


-Iré por una bebida-le dijo a su acompañante. Esta asintió-¿Qué te traigo?


-Mmm…Sorpréndeme-sonrió sentándose en una mesa cercana. Lo vio dirigirse hacia un lugar del salón.


Analizo el salón con determinación, todo ese ámbito hipócrita y falso, le daban un dolor de panza terrible. Hacía años que no iba a una fiesta como esa. Su mirada se detuvo en el político que se encontraba sentado en un sector del salón rodeado de hombres con trajes que asimilaban ser del mismo ámbito que él. Es otras palabras su objetivo.


Si a ella le apetecía, podía matarlo de un solo tiro sin tener mayores problemas, pero no podía. Ahora, no trabajaba sola o con Silver, sino que con un grupo de personas, los arriesgaría mucho si hiciera eso.


-Es un asco ver como un ser tan repugnante,  se confunde entre los que no son de su especie-escucho decir a su espalda, se giro para presenciar al erizo con una copa. Seguramente él también había notado ese detalle.


-Si hubiese sido alguien más, seguramente te mataría por insultar a su gobernante-comento viéndolo sentar enfrente de ella- Pero como sé, todo lo que es esa basura, te doy la razón-susurro para que solo él lo escuchara. Tomo entre sus finos dedos, la copa que estaba enfrente de ella, luego de beberlo se relamió los labios- Una bebida muy dulce-comento con una sonrisa, mientras le cerraba un ojo.


-¡Hay que ponerle dulzura a la vida!-exclamo sonriéndole mientras le mostraba el trago idéntico al de ella. Haciéndola sonreír.


-Me gusta esa manera de ponerle dulzura a la vida-comento extendiendo su copa hacia él, el cual entendió el concepto y brindo con ella-¡¡Por nuestro presidente!!-dijo en voz alta, seguida de los demás invitados. Pudo notar como él al igual que los invitados, elevaba su copa sonriendo felizmente. Se volvió a sentar mirando de reojo hacia la dirección en donde se encontraba su objetivo.


-Un objetivo fácil, para investigar-comento su compañero sentados perezosamente hacia atrás.


-Dama, caballero…aquí esta su comida-les dijo un mozo dejándole sus platos con comida-¿Quisieran algo más?-pregunto con educación.


-No gracias, te lo agradezco.

Una vez que lo vieron irse, Amy se giro hacia él mirándolo con una ceja en alto.

-Tu manera de hablar y de comportarte, dejan en claro que eres de este ámbito ¿Me equivoco?-pregunto mirándolo con intensidad.


-No, no te equivocas-contesto pinchando su comida con su tenedor-Mi padre solía ser de este ámbito de trabajo, rodeado de gente con traje y papeles empresariales.


-Entonces…te hacia venir a las fiestas y eventos con él ¿No?


-Sí, siempre nos solía llevar a toda la familia a cosas así. Quería que nosotros siguiéramos su camino, para así pudiéramos encargarnos de su empresa-soltó mirándola con una sonrisa- Para su pesar, únicamente mi hermana decidió hacerlo.


-Y teniendo ese trabajo asegurado. Decidiste ser policía por…-él sonrió divertido.

-¡Porque me encantan los retos!-termino su frase cerrándole su ojo derecho.

-¿Cuántos hermanos tienes?-pregunto curiosa. Quería saber más de él, de una extraña manera le interesaba.

- Dos, una hermana y un hermano. Somos trillizos-aclaro notando su sorpresa al escuchar aquello- Yo creo que mi hermana Sonia, ha sido el único orgullo de mi padre. Porque  lo que es mi hermano, sin duda alguna le hace salir canas-bromeo- ¡Y ni hablar conmigo!¡Pero yo ya soy un caso perdido, según él!-rio sonoramente, al igual que ella.

-Yo en mi caso, me sentiría orgullosa de tener un hijo policía-comento mirándolo con una sonrisa- Que salva vidas todo el tiempo.

-En el caso de mi madre, si soy un orgullo. Al igual que Sonia y Manic. Por más, este último, sea un estafador experto-termino bebiendo un poco de su bebida-¡Pero ya dejemos de hablar de mí! Cuéntame de tu vida-aquello la dejo helada. Jamás le habían dicho algo así. Dudo unos momentos para luego soltar un suspiro derrotada.

-Bueno…¿Por dónde empiezo?-se pregunto mirando el techo intentando darse valor.

-Que tal desde el principio-soltó prestándole toda su atención.  Podía ver la lucha interna que tenia dentro de ella- No le diré a nadie esto-aseguro colocando una mano en su pecho- Te lo prometo.
La escucho suspirar con cansancio. Para luego tomar aire y sonreírle levemente.

-Una noche me desperté al escuchar unos ruidos debajo de mi casa-comenzó mirando el mantel con una cierta tristeza. Aun le daba dolor recordar ese hecho- Baje, pensando que era mi padre. Pero cuando llegue abajo…encontré los cuerpos de mis padres tirados en el suelo con un tiro en la nuca cada uno…-soltó con su mandíbula tensa. Sonic ensancho los ojos al notar con la frialdad con la que lo contaba, miro sus ojos nuevamente; No había dolor en esos ojos, simplemente se encontraba una frialdad infinita- Estaba llorando junto a sus cuerpo, cuando escuche un ruido que venía de la parte de arriba de mi casa. Decidí huir al darme cuenta de que el asesino, aun seguía en mi casa, y su próximo objetivo era yo- elevo su mirada para verlo mirarla con atención. Jamás le había contado su historia a alguien que no sea Silver, pero algo en ese erizo le daba la confianza de hacerlo- Luego de eso hui…jamás volvió a casa…jamás quise volver…-aclaro mirando su comida con una mirada extraña.


-¿Cómo fue que conociste a Silver?-la pregunta había salido de  sus labios tan rápido que le hizo casi morderse la lengua ante su acto.

-Él me salvo de unos rufianes que me querían atacar. Luego de eso, lo obligue a que me entrenara para ser una asesina-contesto sonriendo levemente al recordar la primera imagen que había tenido del erizo.

-¿Sabes quién fue el causante de la muerte de tus padres?.

-Sí, logre verlo ese día cuando me ocultaba para huir-contesto con sequedad apretando con furia el tenedor en su mano- Era su mano derecha. Se hizo pasar por años por amigo de la familia, cuando en realidad lo único que quería era traicionarlo-término con cierto rencor- Fue por él que decidí participar en algo como esto…

La miro sorprendido. Sintió como sus hombros se tensaban al descubrir lo que le quería decir. Levemente se giro para mirar al objetivo de la misión.


-Es él…-murmuro. Ella asintió con seguridad.


jueves, 10 de enero de 2013

6-Comandando misiones.



A la mañana siguiente, en el departamento de los dos erizos. Se podía ver como Silver desayunaba con tranquilidad, leyendo una revista de chicas con la mayor parte de su cuerpo al descubierto, en pantuflas, rodeado por una bata a todo estilo soltero, con sus púas revueltas y todo lagañoso. Amy llega a la cocina acomodándose su chaqueta color roja, lo queda mirando como el loco que era. Éste alzo su mirada del papel mirándola con una ceja en alto.


-¡Buen día! Señorita Amy-saludo riendo con una sonrisa algo picara.


-¿Estas desayunando?


-¿Uh?-miro su plato para luego mirarla a ella con una sonrisa inocente-Si.


-Teníamos que estar en esa oficina ahora…


-Entre más tarde lleguemos allí mejor-resoplo mordiendo una tostada- Además, el desayuno es lo mejor del día.


-Silver vete a cambiar-ordeno en forma de algo cortante. Él la miro con una sonrisa de lado, no era nada tonto y sabia que cuando usaba ese tono de voz, su vida estaba en peligro.


-¡Bueno mamá!-exclamo  corriendo hacia su cuarto, como el buen cobarde que era. Dejando una nube de humo en el camino.


A los minutos apareció mientras ella lo esperaba sentada en el sofá. Cuando escucho el ruido de llaves se giro del sofá para sonreírle con dulzura.


-¿Listo?


-¡Listo!¡El asesino Silver, ya llego!-ella soltó una leve risa al escucharlo y verlo menear el bote de un lado a otro.


-Pareces un estúpido-dijo cerrando sus ojos girando su rostro hacia un lado.


-¡Un estúpido, que es muy guapo!-contesto arrogante posando una sonrisa sensual. Ella simplemente rodo los ojos. Mientras se dirigía hacia la puerta-Esto de jugar a los buenos me gusta-comento saliendo del departamento.


-¿Te gusta el trabajo o la policía que trabaja contigo?-pregunto mirándolo sospechosamente.


-¡Pues claro que la policía!-grito ofendido ante la pregunta-¡La pregunta ofende!


-Me lo esperaba. Tú no eres capaz de mover tu culo de  sillón, únicamente por trabajar-soltó mirando al frente con tranquilidad.


-¡Respétame chamaca!- regaño mirándola con el ceño fruncido-¡Si bien tengo claro que las únicas actividades que hago en el día son: comer, mirar televisión, cagar, mear, comer, follarme alguna tipa, nuevamente cagar, revisar la nevera, trabajar este cuerpito de un dios griego que tengo-exclamo posando sus manos en su torso, poniendo una cara de drogado. Amy lo miro con una gota de sudor en la frente al verlo- ¡¡Te juro enana, que sí yo fuera mujer o gay, me enamoraría de mi mismo!-rio egocéntrico abrazándose a sí mismo al momento en que se tocaba con sus manos de forma indebida- 


En fin…volviendo al tema. Que no haga nada en la casa, o de mi vida. ¡No quieres decir que me lo reclames todos los días!-contesto elevando su mentón dignamente.


-¡Lo único que haces productivo es matar!-grito colérica, pero inmediatamente se tapo su boca con sus manos mirando asustada hacia los lados. Silver sonrió socarrón al momento en que la regañaba con la mirada pero a la vez con burla.


-Mocosa….¿Cuántas veces te he dicho que no andes gritando por ahí esa clase de cosas?-regaño, haciéndose el madurin.


-¡Cállate, peinado de marihuana!-le grito molesta al momento en que se colocaba el casco que colgaba en una motocicleta color celeste-¡Vamos, que por tu culpa estamos llegando tarde!-grito, algo molesta por el casco que le incomodaba.


Silver todo perezosos se coloco el casco haciéndose el chulo. Para luego colocarse en frente de la eriza y encender la motocicleta.
                                                                       *++*~0~*++*


Su mirada esmeralda se encontraba puesta en esa pantalla, en donde la imagen del asesino de sus padres se encontraba. ¿Cuántos años habían pasado desde que lo vio por última vez?. Cinco. Cinco años, desde que se había vuelto lo que era ahora. Una asesina.


Su primera muerte, fue la de ella misma. Mato a la que era antes, a Amy Rose, para convertiste en la que era ahora, Amy…The Hedgehog. Para la sociedad, o para lo que la conocían en el trabajo sucio. Silver había decidido registrarla bajo su apellido, con el fin de que lo que la buscaban no la encontrara. Se encontraba eternamente agradecida por ello.  En varias ocasiones se encontró con que la buscaban (sobre todo en los primeros años) al no obtener resultados en su brusquedad, la dieron por muerta. 

Ahora ante la leve explicación que daba el zorro de dos colas, sobre la antigua familia monarca, le aseguraba que aun estaba a salvo.


Miraba con intensidad esa pantalla, en la cual reposaba el causante  de su sufrimiento. Por momento, solo por momentos sus ojos pudieron mostrar ira y odio, pero como digna asesina se mantuvo inexpresiva, bajando su flequillo como mascara, para que los demás no vean su mirada de tristeza.


Aun recordaba su primera vida, que robo de otra persona. Un terrorista del hemisferio este que venía a su país con el fin de depositar una gran cantidad de dinamita en un hospital en el centro de la ciudad. Ahora que lo analizaba, con los años de experiencia por encima, se daba cuenta de que todos los de ese tipo, siempre buscaban más el choque sentimental que físico, que causaban sus actos. 


Sacudió sus pensamientos, no quería pensar en eso. Giro su rostro hacia un lado para ver a su compañero, mover la colita como perrito simpático, mientras miraba a la felina del otro lado de la mesa. Elevo su mano dándole un zape por detrás de la nuca, haciéndolo besar la gran mesa de roble. Él se llevo las manos a su nuca mirándola con reproche.


-Compórtate como una persona normal…-regaño, al verlo comportarse tan atolondrado. Él simplemente se tiro hacia atrás mirándola con una sonrisa divertida; sabia todo lo que le molestaba todo ese tema.


-Ahora…Chaotix, ustedes verificaran el área  norte de la ciudad. Mientras que Knuckles y Rouge el área sur. “El sujeto X” posee dos grandes propiedades allí. Deben ser discretos. ¿Entendido?-comando apuntando a un mapa detrás de él, los tres primero asintieron, mientras que los otros golpearon la mesa con fuerza simétricamente.


-¡¡ME NIEGO A TRABAJAR CON ÉL/ELLA!!-gritaron a la par frunciendo su ceño con intensidad.


-Si no trabajan en equipo, me temo que deberé negarme a entregarles las joyas y la isla privada que pidieron- hablo con despreocupación Tails sentándose en su cómoda silla acolchada. Tanto Knuckles como Rouge lo miraron horrorizados, resignados los dos se dejaron caer en sus respectivas sillas.


-¡¿QUÉ?!¡¿JOYAS?!¡¿ISLA PRIVADA?!-no pudo evitar gritar Amy al notar aquel detalle. Fulmino con la mirada a Silver, antes de sentarse nuevamente en la silla y cruzar sus brazos a la altura de su pecho. Corrió su mirada hacia un lado, molesta por dejar que Silver decidiera el pago. ¿Para qué mierda le serbia  una identidad nueva, si se podía aislar en una isla desierta rodeada de dinero?


-(¡¿Para qué mierda deje que Silver eligiera la paga?! ¬¬#...¡La próxima vez, ni drogada lo dejo elegir! ¬¬…Mierda…¡A esta hora estaría ilusionada con la idea de tener una isla privada, rodeada de dinero! T^T…)-Silver rio nervioso ante la molestia de la eriza, sabía que después le reclamaría por no haber pedido algo de valor. Pero el mejor que nadie sabía lo que era tener una identidad.


- En cuanto a Silver y Blaze buscaran las bases en estos sectores. Son muy importantes sus poderes, ya que si algo sale mal los dos podrán salir con mucha facilidad de allí-la felina asintió mirándolo seria, mientras que el erizo plateado bailoteaba de lo más lindo, llegando a mover su cuerpo como un gusano, con lagrimitas en los ojos.


-(¡Gracias seres divinos, de el infierno o del cielo!¡Ahora tendré a Blaze, todo el día para admirar su belleza femenina!*¬*…¡Prometo que si la felina cae antes mis encantos, me hago budista, cristiano, satanista, o alguna de esas cosas!¡Estoy tan feliz!^^)- Todos los de la salón lo miraban como el loco que era, a excepción de Amy que simplemente soltó un suspiro resignada. Jamás en esos años le había podido sacar lo pendejo, por lo que ya se resignaba a verlo comportarse como un drogado.


-Bueno, Sonic y Amy…se encargaran de infiltrarse en la fiesta que se realizara esta noche. Allí se encontraran toda la gente importante de la ciudad, por lo que no dudamos que el objetivo este allí- Los dos erizos asintieron con firmeza.


Silver dejo su cara de drogado, para fruncir el ceño con molestia. Con fuerza golpeo sus manos en la mesa, mirando con una clara molestia  el erizo azul que se encontraba del otro lado de la mesa. Este aun, con sus brazos cruzados detrás de su nuca, alzo una ceja al ver su cambio de humor.


-¡¡No permitiré que mi dulce niña vaya a una fiesta contigo, pervertido sin escrúpulos!!-grito sacando su lado sobreprotector mientras pegaba su mejilla a la de la eriza con fuerza-¡¡Mi niña, no está preparada para este mundo lleno de tentaciones y pervertidos!!-dijo dramático, sonándose los mocos emocionado.


-Silver…-llamo rodando los ojos. El erizo puso sus ojos dorados en ella- Soy una asesina…no hay nada en este mundo que me sorprenda o que no conozca más que eso-soltó con fastidio, como si dijera que es peluquera profesional. A su alrededor pudo notar como cada uno se tensaba al escuchar aquello.


-¡Pero eso no justifica, que dejes de ser mi nenita consentida!-rio meloso rodeándola en un abrazo-¡Y como ya sabes, voy a cortarle el compadre a aquel que te quiera pervertir!-exclamo con amenaza posando su mirada en el erizo azul, con una clara intensión.


-En fin…¿Tails a qué hora es la reunión?-pregunto el erizo azul sosteniendo un bostezo con su mano.


-A las 9:00pm. Ustedes irán con el nombre de una importante pareja empresarial-comento entregándole los documentos falsos- Deben sacar la mayor información posible…


-Muy bien…Me iré a correr un rato. Después me iré a dormir a mi casa-informo mirando a el zorrito- 


Luego dame tu dirección para que te pase a buscar-le dijo mirando a la eriza con una sonrisa mientras le extendía una leve tarjeta con su número telefónico.


Mostro sus perfectos dientes, al ver como el erizo plateado tomaba la tarjeta y la guardaba en su bolsillo, mientras lo fulminaban con la mirada. Era razonable que reaccionara así, después de todo él  haría lo mismo, si de su hermana Sonia se tratara.


Sonic había crecido en una familia muy unida. Tanto él como sus otros dos hermanos, había recibido la educación y el amor necesario para hacer sus vidas correctamente. Pero sin embargo, a pesar de que él con su hermano Manic y su hermana Sonic, eran trillizos, cada uno poseía una característica que los diferenciaba del resto.  En su caso, el aceptar retos y correr, eran su pasión.


No podía imaginarse un día sin sentir el viento entre sus púas. Era algo así como una vanidad. Pero era una vanidad que se permitía, y la realizaba con gusto. Llego hasta el último piso de ese edificio y salió hacia afuera caminando con tranquilidad. Una vez afuera, se detuvo mirando como a los lados varios peatones pasaban a sus lados, cada uno en su entorno.


Sonrió de lado, para luego comenzar a correr y perderse en un rayo azul.