martes, 28 de agosto de 2012

3-Nuevo empleo.


El timbre hizo que los dos miraran hacia la puerta. Alegremente la eriza se bajo para atender pero él la detuvo tomado la perilla él mismo. Ella frunció el ceño para hacer un infantil puchero.

-Vete a cambiar ahora-exigió mirando la bata que traía. Amy se miro de arriba abajo, llevaba una bata  que tapaba todo su cuerpo sin embargo, él exigía que se cambie.
-Pero…


-¡Tienes tus tobillos descubiertos, no tolerare que un pervertido te mire tus tobillos!-exclamo con voz algo chillona y fina mientras ladeando su rostro hacia un lado hacia fruncir el ceño-¡Ahora, obedece sino no te dejare salir de compras por dos semanas!-ella lo miro con horrorizada-¡Ahora jovencita!-exigió apuntando a la puerta de su cuarto, refunfuñando se fue a cambiar. No lo toleraba, siendo su casa no podía andar con una bata después de bañarse, porque al señor le daban esos intolerables celos de padre.


Silver al verla entrar a su cuarto rio por lo bajo, para luego colocar una fría mirada. Dio un sonoro suspiro antes de abrir, necesitaba mostrar frialdad tenía una reputación que cuidar.  Al abrir se encontró con sobre color negro tirado en el suelo, miro hacia los lados del pasillo pero no encontró a nadie. Lo tomo y cerró la puerta tras de sí. La eriza ya estaba saliendo de su cuarto con un jean algo gastado y una camisa color roja.


-¿Quién era?-pregunto intentando ver el sobre. Pero él se lo impidió posando una mano sobre su cara y apartándolo repentinamente. Cuando lo abrió leyó detenidamente cada letra, al terminar se la extendió hacia ella.

-Parece ser que es nuestro nuevo jefazo-rio burlón mostrándosela, ella al leerlo con determinación la lanzo con asco.

-¿Policías? Estas jugando cierto- él erizo negó con diversión.

-No, no estoy jugando. Piénsalo bien nos borran nuestros antecedentes,  podemos ganar más de lo que nos pagan en el comercio negro, además a de aceptar que me encantaría jugar una vez como los héroes y no como los malos-contesto mirándola juguetón-¡¡¡VOY A PARECER A RAMBO!!!¡¡MUAJAJA!!-grito a todo pulmón mirando hacia el horizonte con decisión.
-¡Rambo no es un policía!-le señalo Amy molesta. Él la miro horrorizado posando su mano en su boca a todo estilo de película de terror.

-¡No puede ser!¡Viví toda una vida engañado!-grito como una niña abrazándose a sí mismo-¡Que!¡¿Ahora me vas a decir que somos personajes de un video juego?!-pregunto con los brazos cruzados a la altura de su pecho, y haciendo una perfecta “O” con su boca. Amy simplemente lo miro de reojo para luego quedarse en silencio.


-¿Pero si nos encarcelan?-pregunto preocupada intentado ignora su locura.


-Nadie nos podrá, después de todo somos los mejores en esto-aseguro riendo socarrón-¡Anda, será divertido! Además, me olvide decirte cual es el objetivo de esta misión…-Amy lo miro con confundida, pero al ver la seriedad en los ojos de el erizo color plata se quedo boca abierta.


-El objetivo es…-Silver asintió con seriedad. Sabia lo mucho que le pesaba a Amy decir su nombre, no se extraño cuando sintió como la eriza lo abrazara con fuerza por el cuello. Poso una mano en su espalda dándole consuelo, odiaba cuando la eriza se acordaba de aquello, siempre terminaba en un mar de lagrimas y él consolándola. Con los años se había acostumbrado a ser muy sensible con ella, era muy fácil de herir y lastimar. Pero cuando sostenía un arma en su mano, toda aquella dulzura y simpatía que tenía su alma, se desvanecía remplazándola por una vengadora y sin corazón sin igual “Digna asesina sin corazón” pensaba siempre al verla con aquella mirada fría e inexpresiva. Por momentos le recordaba a él, en el momento en el que cumplía su trabajo.


-Tienes que ser fuerte, yo no te entrene para que seas débil al momento de actuar-le susurro al oído con dulzura. Ella lo  miro fijamente a los ojos- Cuando estés en frente de ese bastardo, tienes que sacar todo ese odio que has guardado en tu corazón todos estos años. Tienes que recordar todo lo que te ha hecho sufrir…-dijo fríamente tomando su mentón para que lo mirar a los ojos- Solo así, tu corazón dulce y bondadoso, podrá matar a ese sujeto. Sino, lo dejaras vivir y esa culpa te carcomerá toda la vida…¿Entiendes?-pregunto mirándola con dulzura. Ella bajo su cabeza para mirar el suelo por segundos, elevo su mirada fría y decidida. Que hizo que el erizo en frente de ella sonriera de lado.


-No mostrare mi sufrimiento en mis ojos…-murmuro sin dejar de mirarlo- Pero si mostrare mi felicidad al verlo retorcer del dolor…
Silver la miro con seriedad. En los años en los que estuvo con él, jamás la había visto más decidida que ahora,  he incluso cuando le había pedido ser una asesina no mostraba tanta decisión en sus ojos como ahora. Amy era una niña por lo general dulce, simpática, y en ocasiones, histérica, al principio se hizo imposible verla como una asesina. Sin embargo, lo era, y aun en las noches la podía escuchar sollozar en su cuarto ante la culpa que sentía en su corazón. Por lo general, casi siempre,  él intentaba hacer el trabajo sucio, con el fin de que ella no lo haga. Le mataba ver la culpa en sus ojos.


-Sera otro trabajo para el dúo-dijo extendiendo su palma juguetonamente. Ella sonrió levemente para chocarla con la de él-¡Ahora!-exclamo tirándose pesadamente sobre el sillón, tomando un par de bolsas de frituras y botellas de refrescos-¡¡Comenzara el ritual de ver televisión por doce horas, de el Gran Silver!!-exclamo sonriendo de lo más feliz mientras cambiaba de canal repentinamente.


-¡El ritual de rascarte los huevos por doce horas, diría yo!-corrigió con ironía la eriza dirigiéndose hacia la cocina.


-¡Pero qué mal hablada que saliste, mocosa!-grito dramático fingiendo molestia.


-Ese lenguaje lo aprendí de ti. Por lo que ahora no te hagas el digno-contesto con molestia guardando las porquerías que había traído en los estantes de la cocina. Por casi quince años le habían dado clases de educación para señoritas, esos quince años de educación al convivir con Silver tres años únicamente se habían desvanecido de su vida rápidamente. Rio al pensar que seguramente sus padres estarían horrorizados al ver el vocabulario que tenía ahora.

jueves, 2 de agosto de 2012

2-Dos asesinos muy llamativos.


Su mirada se encontraba puesta en esa pistola algo gastada, ante los años que tenia. Siempre la guardaba en una funda aparte con algunas balas. No sabía porque ese recuerdo se le vino a la mente después de tantos años. La guardo nuevamente en su funda, para colocarla en su cinturón. Se saco su chaqueta color roja para colgarla en el perchero detrás de la puerta. Se dirigió a la cocina y abrió la heladera, para sacar una botella de agua. Un papel color amarillo chillón colgaba atrapado por un imán, lo tomo con delicadeza para leer lo que decía.

-Fui al supermercado-leyó dejando la botella  encima de la mesa que había en esa cocina, sonrió levemente mientras dejaba la pequeña nota junto con la botella. Con rapidez se dirigió hacia su  habitación  y se dirigió hacia su placar, tomo una ropa cómoda para dirigirse al  baño. Se dio una ducha refrescante, para luego salir envuelta en una nube de vapor y con una toalla envolviendo sus cortas púas. Escucho como la puerta de la entrada se abrió. Con rapidez se dirigió hacia ella encontrándose con un montón de bolsas con dos piernas. Se levanto de puntitas para ver como de entre todas esas bolsas se asomaban unas púas elevadas hacia arriba.


-No me vendría mal un poco de ayuda-dijo el erizo detrás de el montón de bolsas, ella sonrió para luego tomar unas de esas bolsas y dirigirse junto con él a la cocina. Metió la mano en una de ella para mirar los productos que había en ella.


-¿Lata de espárragos?¿Esponja con forma de osito?-pregunto mirando la etiqueta de cada producto, elevo su mirada para mirar con los ojos entrecerrados a el erizo color plata- Tú ni siquiera te gustan los espárragos,  ni la limpieza- El erizo la miro ofendido para sacarle de la mano los elementos.


-¡Claro que sí! Mira a tu alrededor, si no fuera por mí este lugar seria un basurero-dijo descaradamente.


-¡Tú no haces nada más que: Mirar televisión y comer todo lo que encuentras en tu camino!-grito la eriza mirándolo con el ceño fruncido- ¡Hace dos meses que te vengo diciendo que ordenes tu cuarto!¡Y mira como esta!-grito histérica apuntando a la puerta cerrada que había al final del pasillo.


-No entiendo a que te refieres, mi cuarto está en perfectas condiciones-exclamo haciéndose el digno.


-¿Entonces porque duermes todas la noches en el sofá?-pregunto mirándolo con los ojos entre cerrado, el erizo puso una clara expresión de espanto para luego mirarla con temor.
 

-Es que la última vez que quise dormir allí, vi como un sándwich,  podrido y rancio salía debajo de la cama e intentaba comerme-explico haciendo un infantil puchero. La eriza lo miro sorprendida.


-¿Fue por eso que golpeaste la puerta de mi habitación a las tres de la mañana?-pregunto incrédula. El erizo plateado asintió con lentitud.


-Pero tú me sacaste a patadas, por haberte despertado a esas horas de la noche- la miro con inocencia mientras hacia leves circulitos en el suelo. La eriza no lo pudo evitar y soltó una sonora carcajada mirándolo burlona.


-¡Tú, un asesino despiadado!¡Asustado por un pequeño sándwich andante!-rio apuntándolo con el dedo índice. El erizo la miro con el ceño fruncido.



-¡No te burles Amy, que no es gracioso!-exclamo mirándola como se tomaba la panza ante la risa que tenia-¡¿Es así como me agradeces, mocosa?!-pregunto melodramático-¡Yo, que te crie como una hija!¡No respetas a tu padre!-grito a más no poder, Amy detuvo de reírse para mirarlo con varias lagrimas a los costados de los ojos ante la risa-¡Oh, mi dios santo Goku!¡Pobre de mí cuando me muera y mi hija me entierre detrás de un depósito de basura!¡¿Cuál será el destino de este pobre ser tan divino como yo?!-grito abrazándose a si mismo con varios mocos en la nariz.


-Tú no tienes pinta de ser mi padre-le dijo mirándolo inocentemente- En dado caso podrías hacerte pasar como mi hermano mayor.


-¡Soy tu padre y punto!-exigió berrinchudo zapateando una y otra vez en el suelo.


-No Silver, tú tienes veinticinco y yo tengo veinte. Es imposible que puedas hacerte pasar por mi padre-dijo tranquilamente mientras se sacaba la toalla enredada en sus púas.


-¡Me importa poco la regla de la edad!¡Para mí siempre serás la niña de mis ojos!-grito pegando su mejilla a la de ella meloso, ella sonrió dulcemente ante el gesto. Cuando lo conoció, Silver parecía frio y despiadado, pero al  conocerlo mejor demostraba ser una persona dulce y cariñosa. Claro, cuando se encontraban a solas. En ocasiones solía parecer un niño, pero en otras solía interpretar un papel de padre insoportable. - Además, tu no me conociste cuando yo tenía cinco años- ante esto la eriza entre cerró los ojos sabía lo que venía después de eso-¡Era una bestia en pañales!-exclamo heroico colocando una pose chula.

-¿Qué… te cagabas encima?-pregunto mirándolo con determinación. Él desfiguro rápidamente sus fracciones principescas para mirarla con el ceño fruncido.


-¡No!¡Besaba a todas las nenas de el jardín de kínder!- rio con picardías poniendo una clara cara de alguien que mira porno-No me sorprendería si a esta edad se me aparecieran  varios mocosos de veinte años, diciendo que son mis hijos-comento heroico pero a la vez con una preocupación escondida en sus ojos.


-¿Y cuando comenzaste a ser un celoso insoportable?-pregunto mirando detenidamente uno de los bocadillo.


-¡¡Desde que una cierta bebita ingreso en mi vida!!-grito como un loco pegando su mejilla a la de él.
Una risita escapo de sus labios al recordar lo que les había pasado la semana pasada, él la escucho y la miro confundido -¿Uh?


-¿Recuerdas a ese muchacho que me silbo cuando fuimos a tomar un helado a el parque?-Su expresión alegre y juguetona, cambio por una fría y tenebrosa, Amy pudo ver como  inclinaba su cabeza hacia abajo haciéndolo aun más sombrío.


-No me lo recuerdes, o lo tendré que ir a buscar para que conozca el otro mundo mucho más temprano de lo que debería -murmuro sombrío. Amy soltó una risita al escucharlo.


-¿Me pregunto si aun se podrá sentar?- Silver la miro alzando una ceja y maldiciendo a el patán que le quiso quitar a su niña, se sentó en el sofá para mirar televisión. No pudo evitar reír internamente al recordar, como lo correteaba por  toda la plaza pateándole el trasero, si no hubiese sido porque Amy lo detuvo a esta hora tendría una linda cabeza de estúpido, colgada en su sala. Que la podría admirar mientras tomaba un rico chocolate caliente y Amy le hacía masaje en sus pies.


-¡Silver es la última vez que vas de compras solo!¡Mira las estupideces que compras!-grito chillonamente la eriza, mirando con el ceño fruncido un producto ruso, sin uso útil. Sacándolo de la fantasía que había tenido.


-Pero compre un pudin de vainilla-se excuso sacándolo de su bolsillo mientras se cruzaba de pierna sobre el sillón y comenzaba a comerlo con tranquilidad. Amy simplemente  lo miro con seriamente, para luego suspirar con tranquilidad. Que Silver se quedara callado, solo era en contadas ocasiones, por lo que esos momentos eran de infinita gloria.

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 Bueno he aqui el capitulo numero 2!!....En verdad me agrado mucho cambiarle un tanto la personalidad a Silver. De una fria, cortante y algo timida, a una juguetona y casi aniñada :3...

En fin, quiero que me den sus opiniones y criticas sobre como esta marchando este Blog!! :) Con gusto se las contestare!...

Muchas Gracias a Red, por ayudarme a adaptar a este personaje ( ¡En verdad, te quiero mucho "Rubio revoltoso"! ^_^) Enserio, este personaje se caracterisa mucho más a él que a otro ¬¬...
Me sali del tema...Quiero que me dejen sus comentarios, dudad, problemas, criticas (Constructivas), o tomatazos  ¡Lo que sea!
^^
¡¡Nos leemos Pronto!!:D
Pd. (Ya les he contestado las preguntas y comentarios a los demas, en la entrada anterios, Pueden verla si desean)