Caminaba con el ceño fruncido y una cara expresión de molestia. Juraría que
si pasaba un minuto más escuchando a ese estúpido, lo quemaría vivo. Detrás de
ella podía escuchar los piropos baratos que le decía sin parar, ya la tenía
harta.
-(Nota mental: Quemarle el culo a Tails, por ponerla en el mismo equipo que
él)-prensaba cerrando sus ojos con fastidio.
-¡Juro que el primer día en que te vi, me puse duro ahí nomas!-soltó
descaradamente haciéndola sonrojar. Con molestia se giro hacia él con la mano
encendida. Se había pasado de la raya-¡Yo no haría eso si fuera tu, nena!-hablo
galán sonriendo de lo más contento, Blaze alzo una ceja sin entender-Podemos
estar cerca de las bases y una leve chispa, podría delatarnos-soltó con pose
sabionda moviendo su dedo índice de un lado a otro. Ella apago rápidamente su
mano para fruncir el ceño y darse vuelta con una notoria vena en la frente.
-¡Estúpido!¡No entiendo porque Tails me puso a buscar las bases contigo!
-Dices eso pero por dentro me deseas…-soltó mordiéndose su labio inferior,
mientras colocaba una pose sexy. Tuvo que tirarse de trompa al piso para que no
lo quemara una gran esfera de fuego que le había tirado la felina. Se levanto
par sacudir sus prendas sonriendo burlón-Tienes el mismo carácter cabrón que
Amy…-susurro por lo bajo.
Sabia como tratar con chicas así, si algo no tenían era paciencia. Por lo
que él siendo un chico inteligente, guardo silencio. Valoraba mucho su vida y
su trasero como para arriesgare de ese modo.
Luego de unos minutos por fin, pudieron ver como un robot pasaba por allí.
Tal como les había dicho Tails, allí camuflado entre rocas, se encontraba la
entrada hacia la guarida. Se quedaron en silencio detrás de esos arbustos,
hasta que ese robot entro. Con rapidez se acercaron hacia la entrada,
procurándose que las cámaras de seguridad no lo captaran. Un error de esos
podía llegarles a costarles la vida, si se encontraban allí solos.
Blaze iba a entrar directamente cuando la firma mano del erizo la detuvo en
seco. Con molestia se giro hacia él frunciendo el ceño con enojo. Este le hizo
una leve señal con su dedo, para que hiciera silencio y la siguiera. Se
ocultaron detrás de unas rocas cercanas, mirando hacia el frente. La felina
ensancho los ojos sorprendida, al ver como la puerta se abría y de allí salía
un par de robots cargando unos metales en sus manos. Si ese tonto, no la
hubiese sacado a allí a esta hora estaría siendo atacada por esos robots. Se
giro para encontrarse con el fresco césped.
Lo busco con la mirada pero se encontró sola.
-¿Dónde demonios se metió?-se pregunto molesta buscando hacia los lados. Al
girarse y ver unos contenedores de basura casi se cae de espaldas.
-¡Blaze, mira lo que encontré!-lo vio salir cubierto de desechos, con una
cosa entre sus manos. Alzo una ceja sin entender.
-¿Qué es eso?
-Es…es…es…-balbuceo ladeándolo de un lado a otro-¡No tengo idea!-exclamo
sonriendo inocentemente-
Pero por la forma creo que es algo de algún aparato o
alguna de esas cosas. La verdad, es que al principio estaba buscando comida ya
que me empezaron a sonar las tripas- Una gota de sudor apareció en la frente de
la felina ante lo cochino que era-Pero luego encontré esto-dijo mostrándoselo.
Lo tomo entre sus manos, para analizarlo con determinación.
-Esto parece ser un dispositivo de almacenamiento-murmuro frunciendo el
ceño- Debió tener una información valiosa, como para que lo dañen así-señalo
los rasguños en la parte delantera- Si se lo damos a Tails, quizás pueda
recuperar la información que tenia-termino elevando su mirada hacia él. Elevo
una ceja al notar como la manera-¿Qué?
-¿Te han dicho lo linda que te vez cuando no estás molesta?-pregunto con cierta inocencia, mientras tenía una
cascara de banana en la cabeza. Ella simplemente ladeo su rostro hacia un lado
intentando que no notara su sonrojo. Para su desgracia él lo hizo, y sonrió
levemente- Y mucho más linda te ves sonrojada…-susurro sin moverse de su lugar.
-¡Tonto!-la escucho decir antes de que se girara y le dirá la espalda. Lo
hizo sonreír, jamás había conocido a una chica como ella. Con la mayoría de las
chicas con las que salía, solían ser unas cabezas huecas sin materia gris.
Pero, al parecer, sus rasgos principescos y varoniles solían gustarles. Por
lo que no le bastaba más que dedicarles una mirada seductora, para que cayeran
directos a sus pies. En su vida, solo había una sola mujer que fue capaz de
resistirse a sus encantos, y esa era nada más ni nada menos, que Amy. Y la simple razón, era que ella no lo veía de
esa manera, sino como a su hermano mayor o e incluso un padre, aunque la edad
no le daba, lo cual agradecía enormemente. Sencillamente, porque él la veía de la misma
forma. Tenía un cariño fraternal con la eriza, más que nada.
Con tranquilidad se saco esa cascara de banana que se enredaba entre sus
púas. Para caminar detrás de la felina con despreocupación. Tenía que llegar a
su casa, antes de que ese erizo llegara para buscar a Amy.
Ni loco lo dejaría echarles ojitos mientras él esté presente. Adamas,
quería ver la cara de estúpido que ponía cuando la venia con vestido. Sonrió de
lado al pensar una maldad para esa noche.
.
.
.
.
Salió del baño envuelta en una toalla que cubría lo necesario. Se sentó
enfrente de ese gran espejo que decoraba su habitación. Tomo un cepillo que se
encontraba en el tocador para comenzar a desenredar sus húmedas púas.
Analizo con determinación sus ojos verdes y brillantes. Por un momento la
imagen de su madre se poso sobre su reflejo, pero como una ilusión de su
cerebro desapareció en un parpadear. Una clara muestra de tristeza rodeo su
rostro al darse cuenta de que únicamente había sido eso…una simple ilusión…
Su mirada se afilo, al posarla nuevamente en el espejo y ver su imagen
allí. Por años se había preparado para enfrentar, todo lo que le estaba
pasando. Y aunque, era una asesina. No podía evitar sentir una pisca de miedo
en su sangre, al saber que en cualquiera de estos días, se vería frente a
frente con el asesino de sus padres.
Con rapidez se levanto para correr hacia su armario y sacar un par de
vestidos. No era de usarlos mucho, pero siempre le había encantado tenerlos por
alguna ocasión especial.
-Perfecto-se dijo para sí misma tomando el vestido entre sus manos.
Luego de colocárselo, se delineo levemente los ojos haciéndolos resaltar un
poco más. Coloco un poco de sombras en sus parpados, para luego ponerse un poco
de brillo labial en sus labios. Se miro nuevamente, en un último análisis,
dando aprobadamente su apariencia. Escucho como la puerta de la entrada sonaba
ante unos leves golpes. Miro el reloj en su muñeca para sonreír levemente. Era
puntual.
Salió de su cuarto para dirigirse hacia la sala de estar. Allí se quedo
parada en silencio para escuchar la conversación. Mejor dicho, los gritos que
le daba el erizo plateado al erizo azul.
-¡Muy bien, erizo!¡La tienes que traer a las doce de la noche, mas de eso
no!-grito autoritario con unos pantalones hasta la cintura y una camisa
abrochada hasta el cuello. A todo estilo “Padre”-Llegas a traerla fuera de ese
horario y te sacare el hígado-advirtió con unas gafas más grandes que su
rostro-¡Nada de jueguitos de manos y cosas así!-grito nuevamente haciéndola
sobresaltar-Llegas a tocarla te amputare las manos para usarlas de destapa
inodoros-advirtió nuevamente calmado-Y sobre todo…¡¡Nada de besos!!-grito
colérico apuntándolo con el dedo índice-Llegas a besarla y te quemare los
labios con un cigarro-advirtió sentándose en un gran sillón que había allí cerca-¡Nada
de sexo!¡De juegos perversos!¡O alguna cosa por el estilo!-enumero con sus
dedos-Llegas a romper esas reglas, y de depito- advirtió con el ceño fruncido.
-No será ¿Destripo?-corrigio Sonic mirándolo nervioso. Al ver que negaba
hacia los lados trago pesadamente.
-Te despito- repitió- Literalmente…
Instintivamente se cruzo de piernas con temor. Nadie se metía con su
compadre.
-Silver y déjalo-hablo apareciendo por completo en la sala. Tanto Silver
como Sonic posaron su mirada en ella, quedando boca abierta. Estaba hermosa sin
duda alguna.
Su cuerpo estaba cubierto por un elegante vestido con escote de corazón,
dejando al resplandor sus hombros perfectos. Sus púas estaban levemente
onduladas en las puntas, haciéndole ver adorable.
Se sonrojo al ver la mirada del erizo azul en ella. Y no pudo evitar que un
sonrojo apareciera en sus mejillas, que a pesar de que se asimilaba el rubor
que tenía en las mejillas, que a pesar
de que rubor se veía en sus mejillas, se podía notar a la perfección en su piel
clara.
-Estas hermosa…-lo escucho decir. Poso su mirada en él, se veía muy
elegante con ese esmoquin color negro. No pudo evitar sonrojarse al notar, como
su cuerpo firme y masculino se notaba a la perfección debajo de ese traje de
gala.
-Puedo decir lo mismo de ti-soltó mirándolo de arriba abajo. Por un momento
sus miradas se encontraron, olvidándose por completo del lugar y con quien se
encontraban.
-¡¡Bueno muchas miradas!!-exclamo Silver, sin embargo los otros ni lo
molaron por lo que hizo un puchero-
(Por primera vez en mi vida me sentí
ignorado…¡Ship!¡Se siente horrible! T.T)- lloraba en silencio el erizo
plateado, mirando con tristeza la escena. Pero de inmediato una aura alegre y
feliz lo rodeo-(¡Pero, yo tengo el papel de él jodido que jode a los demás!¡Por
lo que, mi deber es joder y molestar a los demás! *o*…¡Ay, me siento como todo
un héroe!:3)-pensaba, poniendo una cara de drogado profesional.
Con cautela se coloco al lado del erizo, estampándolo de un zape contra el
suelo. Adolorido y saliendo de su ensoñación se giro adolorido.
-¡Eso te pasa, por ser un jodido cabro que me quiere robar a mi niña!- se
excuso con su mentón en alto-
¡Ahora Amy! Tapate muy bien, hace mucho frio
afuera-ordeno como toda una mamá histérica. La eriza soltó un suspiro con fastidio
para colocarse la campera que le entregaba-¡Muy bien, ahora par de mocosos
quiero que vayan y se diviertan!-
-¡Tengo la misma edad tuya!-se quejo Sonic, levantándose adolorido.
-¿Me vale? No. Para mi sigues siendo un puto erizo, que me quiere sacar a
la luz de mis ojos- contesto moviendo su cuerpo como un gusano mientras hacía
brillar sus ojitos con alegría.
-Tengo veinte Silver. Ya es momento que me empieces a tratar como a una
adulta ¿No crees?- soltó la eriza mirándolo molesta.
-Me importa poco que tú comiences a usar corpiños con aros. ¡Tú siempre
serás mi dulce bebe!-exclamo meloso pegando su mejilla a la de ella. Con
molestia ella lo despego, para dirigirse hacia la puerta con prisa.
-¡Vámonos!-le dijo al erizo tomándolo de la muñeca.
Escucharon como el erizo les gritaba escandalosamente a su espalda,
haciendo sobresaltar a varios empleados que había en el pasillo.
-¡Te juro que si no cumples con las reglas que te dije, te cortare la
“pichila”!-grito desahogadamente, cerrando la puerta de un portazo.
Una vez abajo, Sonic se giro hacia la eriza para preguntarle la duda que
tenia.
-¿Qué es la “pichila”?-pregunto como un niño curioso. Amy lo miro con los
ojos abiertos, para luego soltar una leve carcajada, haciéndolo fruncir el
ceño-¿Qué es tan gracioso?-dijo con molestia.
-Veras la “pichila” es como Silver le dice a…-se acerco a su oído para
susurrarle su significado. Lo vio tensarse con rapidez, mientras su rostro se
ponía en blanco. Por instinto se llevo sus manos a su entrepierna. ¡Nadie,
absolutamente, nadie!¡Se metía con su compadre de batalla!¡Nadie!
Estuvo tentado de ir y patearle la cara, a ese estúpido. Cuando poso su
mirada en la de la eriza. Toda su ira se desvaneció al verla como le sonreía
divertida. Tomo aire para luego posar su mano en su espalda.
-Ven súbete-comando abriéndole la puerta, para luego cerrársela y dirigirse
hacia la puerta del conductor. Al subir
se encontró con su mirada intensa, se puso nervioso al instante-¿Qué?-pregunto
alzando una ceja.
-Eres el único, que veo que tenga una inteligencia suficiente para no subir
nuevamente a ese edificio-comento con una leve burla en cada silaba. La miro
sin entender- Con los demás chicos con los que he salido, se han subido a
enfrentarse con Silver por meterse con su entrepierna-comento posando su mirada
al frente nuevamente- Claro que todos esos, fueron unos tontos al creer que
Silver los dejaría con vida…
No supo si reír o temblar del horror. En otra ocasión, con una chica
diferente se hubiese reído a carcajadas, ante lo irónico que sonaba aquello.
Pero conociendo el oficio, tanto de ella como del erizo nombrado, le daba a
dudar si era cierto o era solo un chiste. Se quedo en silencio el resto del
viaje.
Cuando por fin vio la entrada a la fiesta, soltó un sonoro suspiro. Volteo
su rostro hacia ella, para verla mirar tranquilamente hacia la dirección de la
fiesta.
-¿Lista?-pregunto colocando su puño en alto. Ella miro por leves segundo su
puño para luego dedicarle una sonrisa con seguridad.
-Lista-murmuro chocando su pequeña mano contra la de él.
Se bajaron del vehículo e inmediatamente los flashes de las cámaras los
rodearon. Es que no era para menos, después de todo esa fiesta era la fiesta
del año. Para su fortuna, los reporteros no lo molestaron mucho, lo cual les
dio la posibilidad de dirigirse abiertamente hacia el centro de la fiesta. Los
esmóquines y los vestidos elegantes rodeaban por doquier, mientras que el
sonido de las risas hipócritas y mediocres se confundía entre la música lenta
que rondaba todo el salón.
Tanto él como su acompañante fruncieron el ceño. A ninguno de los dos les
agradaba, estar en un ambiente como ese.
Se acomodo su moño incomodo, hacía años que no iba a una fiesta así. La
última vez recodaba que su padre lo había llevado a costa de su voluntad,
arrastrándolo alrededor de treinta cuadras para que aceptara ir.
-Iré por una bebida-le dijo a su acompañante. Esta asintió-¿Qué te traigo?
-Mmm…Sorpréndeme-sonrió sentándose en una mesa cercana. Lo vio dirigirse
hacia un lugar del salón.
Analizo el salón con determinación, todo ese ámbito hipócrita y falso, le
daban un dolor de panza terrible. Hacía años que no iba a una fiesta como esa.
Su mirada se detuvo en el político que se encontraba sentado en un sector del
salón rodeado de hombres con trajes que asimilaban ser del mismo ámbito que él.
Es otras palabras su objetivo.
Si a ella le apetecía, podía matarlo de un solo tiro sin tener mayores
problemas, pero no podía. Ahora, no trabajaba sola o con Silver, sino que con
un grupo de personas, los arriesgaría mucho si hiciera eso.
-Es un asco ver como un ser tan repugnante,
se confunde entre los que no son de su especie-escucho decir a su
espalda, se giro para presenciar al erizo con una copa. Seguramente él también
había notado ese detalle.
-Si hubiese sido alguien más, seguramente te mataría por insultar a su
gobernante-comento viéndolo sentar enfrente de ella- Pero como sé, todo lo que
es esa basura, te doy la razón-susurro para que solo él lo escuchara. Tomo
entre sus finos dedos, la copa que estaba enfrente de ella, luego de beberlo se
relamió los labios- Una bebida muy dulce-comento con una sonrisa, mientras le
cerraba un ojo.
-¡Hay que ponerle dulzura a la vida!-exclamo sonriéndole mientras le
mostraba el trago idéntico al de ella. Haciéndola sonreír.
-Me gusta esa manera de ponerle dulzura a la vida-comento extendiendo su
copa hacia él, el cual entendió el concepto y brindo con ella-¡¡Por nuestro
presidente!!-dijo en voz alta, seguida de los demás invitados. Pudo notar como
él al igual que los invitados, elevaba su copa sonriendo felizmente. Se volvió
a sentar mirando de reojo hacia la dirección en donde se encontraba su
objetivo.
-Un objetivo fácil, para investigar-comento su compañero sentados
perezosamente hacia atrás.
-Dama, caballero…aquí esta su comida-les dijo un mozo dejándole sus platos
con comida-¿Quisieran algo más?-pregunto con educación.
-No gracias, te lo agradezco.
Una vez que lo vieron irse, Amy se giro hacia él mirándolo con una ceja en
alto.
-Tu manera de hablar y de comportarte, dejan en claro que eres de este
ámbito ¿Me equivoco?-pregunto mirándolo con intensidad.
-No, no te equivocas-contesto pinchando su comida con su tenedor-Mi padre
solía ser de este ámbito de trabajo, rodeado de gente con traje y papeles
empresariales.
-Entonces…te hacia venir a las fiestas y eventos con él ¿No?
-Sí, siempre nos solía llevar a toda la familia a cosas así. Quería que
nosotros siguiéramos su camino, para así pudiéramos encargarnos de su
empresa-soltó mirándola con una sonrisa- Para su pesar, únicamente mi hermana
decidió hacerlo.
-Y teniendo ese trabajo asegurado. Decidiste ser policía por…-él sonrió
divertido.
-¡Porque me encantan los retos!-termino su frase cerrándole su ojo derecho.
-¿Cuántos hermanos tienes?-pregunto curiosa. Quería saber más de él, de una
extraña manera le interesaba.
- Dos, una hermana y un hermano. Somos trillizos-aclaro notando su sorpresa
al escuchar aquello- Yo creo que mi hermana Sonia, ha sido el único orgullo de
mi padre. Porque lo que es mi hermano,
sin duda alguna le hace salir canas-bromeo- ¡Y ni hablar conmigo!¡Pero yo ya
soy un caso perdido, según él!-rio sonoramente, al igual que ella.
-Yo en mi caso, me sentiría orgullosa de tener un hijo policía-comento
mirándolo con una sonrisa- Que salva vidas todo el tiempo.
-En el caso de mi madre, si soy un orgullo. Al igual que Sonia y Manic. Por
más, este último, sea un estafador experto-termino bebiendo un poco de su
bebida-¡Pero ya dejemos de hablar de mí! Cuéntame de tu vida-aquello la dejo
helada. Jamás le habían dicho algo así. Dudo unos momentos para luego soltar un
suspiro derrotada.
-Bueno…¿Por dónde empiezo?-se pregunto mirando el techo intentando darse
valor.
-Que tal desde el principio-soltó prestándole toda su atención. Podía ver la lucha interna que tenia dentro
de ella- No le diré a nadie esto-aseguro colocando una mano en su pecho- Te lo
prometo.
La escucho suspirar con cansancio. Para luego tomar aire y sonreírle
levemente.
-Una noche me desperté al escuchar unos ruidos debajo de mi casa-comenzó
mirando el mantel con una cierta tristeza. Aun le daba dolor recordar ese
hecho- Baje, pensando que era mi padre. Pero cuando llegue abajo…encontré los
cuerpos de mis padres tirados en el suelo con un tiro en la nuca cada
uno…-soltó con su mandíbula tensa. Sonic ensancho los ojos al notar con la
frialdad con la que lo contaba, miro sus ojos nuevamente; No había dolor en
esos ojos, simplemente se encontraba una frialdad infinita- Estaba llorando
junto a sus cuerpo, cuando escuche un ruido que venía de la parte de arriba de
mi casa. Decidí huir al darme cuenta de que el asesino, aun seguía en mi casa,
y su próximo objetivo era yo- elevo su mirada para verlo mirarla con atención.
Jamás le había contado su historia a alguien que no sea Silver, pero algo en
ese erizo le daba la confianza de hacerlo- Luego de eso hui…jamás volvió a
casa…jamás quise volver…-aclaro mirando su comida con una mirada extraña.
-¿Cómo fue que conociste a Silver?-la pregunta había salido de sus labios tan rápido que le hizo casi
morderse la lengua ante su acto.
-Él me salvo de unos rufianes que me querían atacar. Luego de eso, lo
obligue a que me entrenara para ser una asesina-contesto sonriendo levemente al
recordar la primera imagen que había tenido del erizo.
-¿Sabes quién fue el causante de la muerte de tus padres?.
-Sí, logre verlo ese día cuando me ocultaba para huir-contesto con sequedad
apretando con furia el tenedor en su mano- Era su mano derecha. Se hizo pasar
por años por amigo de la familia, cuando en realidad lo único que quería era traicionarlo-término
con cierto rencor- Fue por él que decidí participar en algo como esto…
La miro sorprendido. Sintió como sus hombros se tensaban al descubrir lo
que le quería decir. Levemente se giro para mirar al objetivo de la misión.
-Es él…-murmuro. Ella asintió con seguridad.